Estuvimos en casa de mi yaya, que hacia como un año y medio que no íbamos y lo pasamos bastante bien, teniendo en cuenta que es pequeña y que los últimos dias empeoró el tiempo y hasta llovió!
Los dias que papá tuvo que trabajar, Samuel y yo nos fuimos de aventura a
la Rambla de Poblenou, ahí es donde vive mi yaya. Fuimos a las tiendas de zapatos, de ropa, a las panaderias, al mercado...
Uno de los dias, vimos a unos obreros trabajando en una zanja, bueno, eso fué como llegar a PortAventura. Les ayudó con los escombros, se puso el caso y pilló la paleta y alé! como uno más!
Tuvo que volverse a casa con el casco...
Después de dejarlo en casa, nos bajamos a la playa, que aún hacia calorcito y nos quitamos los zapatos...huelga decir que el peque lo estaba deseando...lleva medio verano en bolas y descalzo y no le ha hecho mucha gracia tener que gastar tanto tiempo en vestirse de nuevo.
Total, que dimos un paseo, nos mojamos los pies, encontramos conchas, ayudamos a unos niños ingleses con su castillo de arena...lo pasamos muy bien.
Al dia siguiente también nos encontramos currantes, en este caso estaban allanando un parking público lleno de piedras, con algo de tierra.
Les ayudamos a recoger piedras con toda nuestra energia :)
Y esa tarde bajamos a ver a las amigas de mi abuela.
En casa de una de ellas, estaba por casualidad su hija, que debía ser amiga de mi madre cuando ambas eran niñas.
Estaba al cuidado de su nieta pequeña de un añito, así que tenia algún juguete por allí que Samuel rapidamente comenzó a explorar. Creo que se lo quitaron y se lo dieron varias veces en plan "Esto se hace así o asá", Samuel no entendia nada.
Le iban preguntando cosas a tres voces, mi yaya, la amiga de mi yaya y su hija, una detrás de otra y claro, el pobre no sabia por donde tirar, no decia nada, y mi pobre yaya exclamaba "lo sabe todo! si vierais como habla!"
Pero para eso, hay que dejar hablar!!!
Luego la amiga de mi madre sacó varios animalitos/marioneta que se mueven con el dedo.
Tenia un loro, un osito, un león y alguno más.
A Samuel le parecieron curiosos y se los quiso poner, primero el loro...la mujer se puso el tigre y ocurrió algo que fué tan rápido, que ni Ernesto ni yo supimos reaccionar.
Le dijo...
"Hola lorito"
...
"Grrrr, que te muerdo, grrr"
(le movió el dedo del loro a Samuel) "pic, pic, pic, que me picas"
"Grrrr"
"pic, pic, pic"
Samuel ponia cara rara, le pidió el osito panda, se lo puso y luego la mujer le dijo:
"Tu me ganas porque tienes dos y puedes más"
Y de nuevo a la carga.
"Grrr..."
Samuel dejó el supuesto juego al momento, no habia entendido nada y encima le movia la mano y le atosigaba con el león.
Pobre mio, qué cosas más raras tienen que oir a veces...
Cuando salimos de la casa, Ernesto y yo nos miramos y dijimos..."Has entendido algo de lo que ha pasado ahí dentro? Te muerdo? Me picas? Tú ganas?"
De los 5 adultos que estábamos allí, creo que solamente Ernesto y yo notamos algo raro en ese supuesto juego. Nos pareció que lo que se proponia era la parte violenta de las relaciones animales y de nuevo la competitividad, el me ganas porque eres mayor en número, cuando sabemos que eso no tiene porqué significar nada a no ser que sólo cuentes la fuerza bruta...
Era quien cuidaba a una niña de una año...
Supongo que ahora somos mucho más críticos con los comportamientos que vemos hacia los niños, pero está claro, que si lo que queremos es una sociedad no xenófoga, cooperativa, colaboradora, inteligente...lo suyo será inculcar estos valores desde pequeños, no?
Mi yaya le enseñó cómo se friegan los platos cuando no tienes lavavajillas :)
1 comentarios:
Visita totalmente recomendable para el niño... intentaremos repetir porque fue bastante fructífera para la bisabuela, no había más que ver las caras que ponía.. Y sí, fue interesante ver batallar a un león, un osito y un lorito... no he visto a ninguno de ellos en la 2 tan fieros como allí!!
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