lunes, 20 de febrero de 2012

Niños prematuros de cesáreas con problemas respiratorios

Un estudio halló que los bebés prematuros y pequeños nacidos por cesárea tenían más probabilidades de sufrir de síndrome de distrés respiratorio

Los bebés prematuros y pequeños nacidos por cesárea tienen un riesgo 30 por ciento más elevado de problemas respiratorios graves que los que nacen por parto vaginal, halla un estudio reciente.

El síndrome del distrés respiratorio, que afecta sobre todo a recién nacidos prematuros y que puede conducir a problemas respiratorios persistentes, ceguera y daño cerebral, fue más común entre los bebés nacidos por cesárea, hallaron los investigadores.

"Diría que por lo menos mostramos que quizás la cesárea no tenga ningún beneficio en los partos prematuros, y que se necesita más investigación antes de que la tasa de cesáreas aumente aún más", señaló la líder del estudio, la Dra. Erika Werner, profesora asistente de medicina materno fetal de la Escuela de Medicina Johns Hopkins, en Baltimore.

Entre 2002 y 2009, las cesáreas aumentaron de 27 a 34 por ciento de todos los nacimientos de EE. UU., según un informe de HealthGrades. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. reportaron recientemente un descenso a poco menos de 33 por ciento en 2010.

Grupos como el Congreso Americano de Obstetras y Ginecólogos (American Congresss of Obstetricians and Gynecologists) intentan limitar el número de cesáreas, pero sin mucho éxito.

"Estoy muy consciente como médica de que la tasa de cesáreas está en aumento, y estudios anteriores arrojaron resultados realmente mixtos", apuntó Werner. "Algunos han sugerido un mayor riesgo de sangrado cerebral o un mayor riesgo de muerte en esta población con el parto vaginal. Así que realmente deseaba observar una población contemporánea y diversa".

Los investigadores analizaron los datos de nacimiento de 2,560 bebés pequeños para su edad gestacional que nacieron entre las 25 y 34 semanas de embarazo en hospitales de la ciudad de Nueva York de 1995 a 2003. (Antes de las 37 semanas se considera prematuro). El 46 por ciento nacieron vaginalmente y 54 por ciento mediante cesárea. El estudio solo observó los nacimientos vivos, y excluyó a las madres que habían tenido una cesárea anteriormente.

Los partos vaginales que utilizaron fórceps o un vacío se excluyeron del estudio, pero por lo general no son un factor con recién nacidos tan pequeños, explicó Werner.

El estudio no halló diferencias en la incidencia de sangrados cerebrales, convulsiones o septicemia entre los dos tipos de parto. Aunque los bebés nacidos por cesárea tenían puntuaciones Apgar (una medida de la salud del recién nacido) más bajas, la diferencia no fue significativa tras tomar otros factores en cuenta. Pero el riesgo más elevado de síndrome de distrés respiratorio se sostuvo.

El estudio fue presentado el jueves en la reunión anual de la Sociedad de Medicina Materno Fetal (Society for Maternal-Fetal Medicine), en Dallas.

La Dra. Diane Ashton, subdirectora médica de March of Dimes, no participó en el estudio, y aseguró que los resultados se hacen eco de otros hallazgos recientes.

"Este estudio en particular muestra que en los bebés que son prematuros y pequeños para la edad gestacional, que se tiende a pensar que son bebés más bien frágiles, la cesárea no ofrece ninguna protección contra los resultados adversos", apuntó Ashton.

En general, la postura de March of Dimes "es que los partos electivos (que incluyen las cesáreas y las inducciones) no deben ocurrir en bebés nacidos antes de las 39 semanas a menos que exista una indicación médica", señaló.

"En los casos en que hay una fuerte indicación médica, ya sea debido a la salud de la madre o la del feto, creo que es importante que las mujeres comprendan que se trata de una cirugía mayor y que puede asociarse con complicaciones", añadió Ashton.

Werner dijo que su equipo realizó un estudio similar con bebés prematuros cuyo peso caía dentro del rango normal. "Tuvimos resultados muy similares, aunque el distrés respiratorio fue incluso más impresionante, y hubo más beneficio con el parto vaginal", dijo.

Ashton apuntó que el parto vaginal ayuda a que el bebé respire. "El proceso de parir un bebé vaginalmente, pasar por el canal de parto y que el líquido amniótico salga de los pulmones puede mejorar el estado respiratorio", explicó.

Aunque el nuevo estudio encontró una relación entre las cesáreas y los problemas respiratorios en los bebés prematuros, no prueba que exista una relación causal.

El estudio usó certificados de nacimiento y datos de las altas hospitalarias. "No sabemos si las cesáreas simplemente se dan más en una población en más riesgo de distrés respiratorio o si las cesáreas provocan distrés respiratorio. No podemos decir qué ocurre primero a partir de este tipo de estudio", comentó Werner.

Ashton apuntó que no es demasiado pronto para que estos hallazgos, y otros similares, afecten la práctica.

"Ciertamente debe haber algo de revisión, y quizás recomendaciones del Congreso Americano de Obstetras y Ginecólogos, sobre dónde creen que la práctica debe cambiar", planteó Ashton.

Los datos y conclusiones de estudios presentados en reuniones médicas deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista médica revisada por profesionales.


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTES: Erika Werner, M.D., assistant professor, maternal-fetal medicine, Johns Hopkins School of Medicine, Baltimore; Diane Ashton, M.D., M.P.H., deputy medical director, March of Dimes; Feb. 9, 2012, presentation, Society for Maternal-Fetal Medicine annual meeting, Dallas

domingo, 12 de febrero de 2012

Pulmones más fuertes por tomar LM

Estudios vinculan lactancia con pulmones más fuertes y menos asma

Dos estudios sugieren que los niños amamantados tendrían una mejor función pulmonar y un menor riesgo de ser asmáticos que los chicos alimentados con fórmula.

"La evidencia indica que la lactancia aumenta la capacidad pulmonar, sin importar si la madre es o no asmática", dijo el doctor Wilfried Karmaus, de la University of South Carolina, en Estados Unidos.

"Si aumenta el volumen pulmonar, disminuye el riesgo de desarrollar asma. Es importante decirles aun a las mujeres asmáticas que amamanten a sus bebés", agregó.

En el estudio publicado en American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, los autores siguieron a unos 1.500 niños británicos desde el nacimiento hasta mediados de los años 90.

Los padres respondieron cuestionarios sobre la lactancia materna, la exposición al humo de segunda mano en el hogar y otros factores de riesgo asociados con el asma. A los 14 años, el equipo les evaluó a los niños la función pulmonar y les realizó test de alergia.

El equipo de la doctora Claudia Kuehni, de la Universidad de Berna, en Suiza, halló que cuanto más prolongada había sido la lactancia materna, mejor era la velocidad de salida del aire de los pulmones en los niños.

En otras dos pruebas, que evaluaron la capacidad pulmonar de retener aire, la lactancia durante cuatro meses o más estuvo asociada con mejores resultados sólo en los hijos de mujeres asmáticas.

El equipo no observó que la mejor función pulmonar estuviera asociada con la cantidad de infecciones respiratorias infantiles, que la lactancia ayuda a prevenir.

Los autores aseguraron que el refuerzo pulmonar atribuido a la lactancia no marcaría diferencia alguna en un niño sano, pero desde el punto de vista de la salud pública, significaría un aumento de la protección infantil contra los problemas respiratorios.

Una limitación del estudio es que los autores sólo pudieron seguir desde el nacimiento a un tercio de los 4.000 niños que participaron en total.

En el segundo estudio, realizado en Nueva Zelanda, otro equipo controló a un grupo de bebés desde el nacimiento. A los seis años, los padres respondieron si a sus hijos alguna vez les habían diagnosticado asma o si habían usado un inhalador o si habían tenido sibilancias en el año anterior.

Con información de más de 1.000 niños, incluidos unos 200 con asma en el último control, el equipo de Karen Silvers determinó que por cada mes de lactancia materna exclusiva (sin fórmula agregada) disminuía un 9 por ciento el riesgo de que los niños desarrollaran asma, según publica en Journal of Pediatrics el equipo de la Universidad de Otago.

La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva durante por lo menos los seis primeros meses de vida. Se puede continuar durante dos años o más.

La doctora Theresa Guilbert, neumonóloga pediátrica de la Facultad de Medicina y Salud Pública de la University of Wisconsin, dijo que a pesar de los nuevos resultados, todavía se debate si las madres asmáticas pueden o no transmitirles el riesgo a sus bebés a través de la lactancia.

Guilbert sostuvo que ninguno de los estudios pudo probar una relación causa-efecto en alguno de esos casos.

"Todavía, ninguna (prueba) es lo suficientemente sólida como para decirles a las mujeres que dejen de amamantar (...) porque los bebés necesitan recibir el resto de los beneficios fundamentales de la lactancia", finalizó.

FUENTES: American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, online 3 de febrero del 2012; y Journal of Pediatrics, online 29 de enero del 2012