viernes, 29 de abril de 2011

Actividades de la semana

Esta semana me propuse hacer alguna actividad todos los dias, estuve investigando qué cosas propone el método Montessori para edades tan tempranas y descubrí que plantea que los niños aprendan tareas cotidianas, era tan obvio que casi se me pasa.
Con esto van aprendiendo a ser autónomos, que no independientes, eh?

Bien, la tarea de esta semana ha sido: LAVARNOS LAS MANOS.


Lavarle las manos a Samuel es bastante peligroso, lo hacemos en el aseo de abajo, cogiéndole nosotros por la cintura y elevándolo hasta la pila, pero a esa altura están también los cepillos de dientes, la pasta, el jabón en pastilla...
Hay que hacer los movimientos de forma rápida para que no coja nada, con el añadido de sus 13 kilos en movimiento. Cuando por fin le hemos aclarado el jabón, mientras cogemos la toalla, sus manos mojadas pueden estar ya en su cabeza...total, que me pareció un gran paso.

Ya me imaginaba yo mirándolo desde el umbral de la puerta del aseo diciéndole: "...Muy bien cariño, que limpias tienes las manos..."
jajaja, ilusa!

Tal como leí, habia que buscar un lugar que estuviera a su altura, de otra forma no seria posible que lo hiciera él sólo. Así que fuimos al bidet que tenemos con la llave de paso del agua cerrada y la abrimos temporalmente para la limpieza de manos.

El pequeño que vió el agua no se lo podía creer!!! "...yo juraría que de aquí no salía nada...esto lo he intentado yo mil veces..." (pobre).
Luego le puse jabón en una palma...luego en la otra, va todo por duplicado ultimamente.
Y se queda mirando el jabón de sus manos y ... se las lleva a la cabeza!!!
"...No, mi amor, ahí no!..."
Claro, es lo que hacemos en la bañera.

Le mostré cómo hacerlo pero no le hizo mucha gracia, y menos cuando le quité la espuma de las manos...

Finalmente cerré la llave de paso y sequé sus manitas.

No es que dejara el sitio muy convencido, pero tampoco se enfadó.
Al final hasta le decía adiós con la manita al bidet :)

Este ritual lo hemos hecho todos los dias, varias veces y parece que lo va disfrutando.
Misión 1 conseguida, pero hay que ser constante.

Como explicaba en una entrada anterior, hemos rediseñado su espacio (la que se suponia que iba a ser su habitación) en una habitación Montessori, y cuando estamos arriba suele entrar y parece que le ha gustado el cambio.

Se mete en la cama, lo tapo, se hace el dormido....10 segundos!!! y luego "Ale, ya ta" dice, jajaja.
Mete a los muñecos que tiene por allí y los saca en volandas en seguida.
Me los pone en el pecho para que les de teta, pero en seguida los quita para tomar él, con el famoso "ale, ya ta!"


Y leemos cuentos en la alfombra.
La verdad que me está resultando muy cómodo el espacio a mi también.

A ver si le hago una foto y la subo.



Otra de las actividades con la que más disfruta es pasando líquido (cualquiera) de un recipiente a otro, de un bol pequeño a uno grande, a un vaso, a un plato, a una cuchara...
A veces le dejo subir a la banqueta y le abro el grifo del agua lo mínimo y se queda entusiasmado con su agua pa'quí y pa'llá. Antes le coloco el babero, claro.

He estado cosiendo un delantal con tela de cortina de baño para estos experimentos, porq el delantal es demasiado corto y los pantalones suelen acabar chorreando, pero me falta el velcro blanco, a ver si mañana...

Hablando de mañana, que nos vamos a Aranjuez a una charla sobre material Montessori, tengo unas ganas!!!

Como tratamos las rabietas

The Terrible twos!

Así resumenen los paises angloparlantes, el desconcierto y las dudas que esta etapa suele causar a los padres, y que por lo general, se resuelve en función del grado de cansancio y paciencia que tengamos en cada episodio.

Sin embargo, la actitud de los progenitores ante las rabietas de sus hijos no es una cuestión menor, ni mucho menos. Eso se desprende de un estudio realizado por el equipo de la Dra. Nancy McElwain, profesora de Desarrollo Humano de la Universidad de Illinois (EE.UU.). Según la Dra. McElwain, los niños necesitan la presencia de sus padres y a menudo manifiestan esta necesidad a través del enfado o del temor. Si los padres ridiculizan o castigan a sus hijos pequeños por tener rabietas o miedos, en lugar de acompañarlos, los niños terminan por ocultar sus emociones. "Esto hace que se vayan acumulando estos sentimientos, convirtiéndose en el futuro en personas cada vez más ansiosas e irascibles", advierte la Dra. McElwain.

Leía esta noticia hace poco y estaba claro, no?

Qué rabia da eso de ...

No llores que te pones feo...
Pero si no ha pasado nada!
Venga ya está!
Ya estamos con las lágrimas de cocodrilo otra vez? (eso me lo decian a mi y yo no entendia nada...)

En fin, que hay que dar más abrazos, cultivar la paciencia que ya te digo si es una virtud! y acercarnos tanto física como emocionalmente a nuestros hijos.

Es cierto que no siempre se dispone de tiempo, y lo digo yo que disfruto de una excedencia y deberia tener todo el del mundo para mi niño, pero hay momentos en los que estás con dos fuegos encendidos y las manos mojadas y pringadas y no puedes coger a tu hijo en brazos.
Se enfada, sale corriendo y se que se va a tirar al suelo...pienso, por favor, no te des en la cara cariño...mientras me lavo las manos a toda prisa...CARIÑO, CARIÑO, ya voy! quieres ver lo que estoy haciendo? ven, que te cojo.
Os suena?


domingo, 24 de abril de 2011

Con la Escuela Activa hemos topado

Estos dias hemos estado en el mediterráneo, disfrutando de unos dias de sol y playa, lo cierto es que tuvimos suerte, porque hacia el final de la semana no ha hecho muy buen tiempo, que digamos, pero ya estábamos de vuelta y no nos ha importado tanto.

Samuel se lo ha pasado en grande con la arena y el agua del mar, claro que al llegarle el agua a los piececitos proveniente de una pequeña ola en la misma orilla, se puso a gritar de lo fresquita que estaba, creo que se sorprendió un poco.

Justo al lado de la orilla, se habia formado una lengua de arena y daba lugar a un remanso de agua, que por estar aislada, estaba más calentita y entonces si que se atrevió a meterse dentro. Otro de los dias se pasó la mañana tirando puñadito a puñadito un montón de arena mojada que habia al lado del laguito este de agua, cada vez que tiraba un poco se reía, y pum! y pum! solo de oirlo nos contagiaba su risa.

También ha ido a ver a otros niños, casi siempre eran mayores que él, cosa que parece gustarle, llegaba allí donde estuvieran y a ver a qué podía jugar, que si la pala, la pelota, la regadera, otra pelota y el sumum del juego fué el zoo que le montaban unos hermanos a un montón de escarabajos de esos de arena negros y pequeños junto con un saltamontes...a mi me daba un poco de asquito, pero Samuel hasta cogió algún escarabajo y todo, puag!

Y aprovechando el buen tiempo y sobre todo el "tener" tiempo, me empecé a leer el libro de Rebecca Wild "Educar para Ser: vivencias de una escuela activa".
A buena hora!
Ya no pude hacer nada más!
Cada vez que tenia 5 minutos, a leer que me iba!

Me está encantando, es justo lo que me gustaria para mi hijo, y lo que me hubiera gustado para mi, claro. Me parece que va a ser mi libro de cabecera, voy a sacar apuntes, hacer esquemas y ya he empezado a hacer un listado de libros que recomienda la autora.

Por otra parte estoy haciendo búsquedas varias por la red sobre cositas que puedo empezar a hacer con Samuel, sobre Montessori por ahora, pero iremos ampliando :)

Hemos ido a IKEA para crearle un espacio Montessori a Samuel en el salón.
Se trata básicamente de tener sus juguetes y materiales varios a la vista, en vez de dentro de un baúl. Pero lo más importante es ir rotándole los juguetes, eso deberá ser una de mis tareas de rutina cada vez que comience la semana.

También me he enterado que existe la "Habitación Montessori" y para ello hemos adquirido algunas cositas también.
A ver si tengo tiempo pronto y rediseño su espacio, que tengo muchas ganas ya!!!

miércoles, 6 de abril de 2011

Lactancia materna y tamaño del cerebro

Amamantar por más tiempo podría ser clave para unos cerebros más grandes
Investigadores señalan que la relación se aplica a los mamíferos, lo que ofrece más respaldo para la práctica en los humanos

Por Robert Preidt

Los periodos más largos de embarazo y lactancia materna en los mamíferos se relacionan con un mayor crecimiento del cerebro en los hijos, lo que explica por qué los bebés humanos siguen siendo dependientes de sus madres durante tanto tiempo, afirman investigadores.

También dijeron que los hallazgos de su estudio de humanos y 127 especies más de mamíferos ofrecen más pruebas de que la lactancia es buena para el desarrollo del cerebro y respaldan la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de que los bebés deben alimentarse exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida, seguido por lactancia continuada (junto a otros alimentos) hasta la edad de dos años o más.

Los investigadores de la Universidad de Durham y del Reino Unido encontraron que el tamaño del cerebro en relación con el cuerpo se relacionaba más intensamente con la inversión materna, es decir, el tiempo que una madre pasa embarazada y el periodo en que amamanta a sus hijos.

La duración del embarazo determina el tamaño del cerebro de la descendencia al nacer y el tiempo que se pasa en lactancia afecta el crecimiento del cerebro tras el nacimiento.

Por ejemplo, los humanos tienen embarazos de nueve meses, y amamantan a sus bebés hasta los tres años. Esto es necesario para apoyar el crecimiento del cerebro, que tiene un volumen promedio de 1,300 centímetros cúbicos (cc) en los adultos. Los gamos tienen más o menos el mismo peso corporal que los humanos, pero su embarazo sólo dura siete meses, seguido por un periodo de lactancia de hasta seis meses. El tamaño de su cerebro adulto es de 220 cc, seis veces más pequeño que el cerebro humano.

"Ya sabemos que las especies de cerebro grande se desarrollan con más lentitud, maduran más tarde y viven más, pero lo que no siempre ha sido claro es por qué los cerebros y la historia vital se relacionan", señaló en un comunicado de prensa de la universidad el investigador líder y profesor de antropología Robert Barton.

"Una teoría es que los cerebros más grandes aumentan la duración de la vida al hacer que el animal sea generalmente más flexible en sus respuestas conductuales a desafíos impredecibles, lo que permite historias vitales más lentas. Sin embargo, nuestros hallazgos sugieren que la ralentización de las historias vitales se relaciona directamente con los costos en lugar de los beneficios de desarrollar un cerebro de gran tamaño. Los beneficios necesarios para compensar estos costos podrían llegar de otras formas, como mejorar capacidades perceptivas y cognitivas específicas, en lugar de a través de alguna flexibilidad generalizada", explicó.

El estudio aparece en la edición de esta semana de Proceedings of the National Academy of Sciences.


FUENTE: Durham University, news release, March 28, 2011