martes, 29 de marzo de 2011

Rear facing car seats

Cuando adquirimos nuestro primer fular conocimos a Celeste, en su tienda de puericultura Cucú-tras, en la C/ Osclo de Alcorcón. Ella nos explicó las posturas iniciales de porteo y poco a poco llegamos a compartir algo más, tanto que vino a la primera tetada que organizamos en la Asociación, allá por el 2 de Octubre de 2010.

Una de las cosas que más le agradezco, es toda la información que nos dió sobre las sillas de coche para bebés, tanto ella como su marido, nos estuvieron contando lo importante que es elegir una buena silla, pero sobre todo, nos contaron las ventajas evidentes de los RearFacing Car Seats, es decir, las sillas que van orientadas hacia el sentio contrario de la marcha.

Parece mentira que no lo pensemos con más detenimiento, porque no es lo mismo darte un golpe y tener dos tiras para aguantar un cuerpo de débil musculatura cervical, que dártelo y tener toda una pieza que abrace la columna vertebral entera.

En los paises nórdicos ya se han dado cuenta hace tiempo y allí, su uso está normalizado, no tanto en España, pero supongo que como todo, cuando se vean las evidencias...

Nosotros hemos terminamo con una silla para el coche en posición contraria a la marcha para Samuel.

Por si tenias dudas, he encontrado este estudio...


Mantenga a los niños en el asiento de seguridad para automóvil orientado hacia atrás hasta los dos años

Un grupo de pediatría señala que colocar a los niños de este modo y por más tiempo es más seguro

Los niños están mejor protegidos si van en el asiento de seguridad para automóvil orientado hacia atrás hasta los dos años o hasta que alcancen la altura y el peso máximos establecidos por el fabricante del asiento, según las nuevas recomendaciones del grupo de pediatría.

Este es un cambio significativo en comparación con las recomendaciones anteriores, que sugerían mantener a los niños en el asiento de seguridad para automóvil orientado hacia atrás al menos hasta el año de edad o hasta que alcanzaran un peso de 9 kilos (20 libras). Los asientos para automóviles orientados hacia atrás protegen mejor la cabeza, el cuello y la columna de los bebés y niños pequeños durante un accidente, de acuerdo con el Dr. Dennis Durbin, autor del informe y médico de emergencia pediátrica del Hospital Infantil de Filadelfia.

Las nuevas directrices, redactadas por la Academia Estadounidense de Pediatría, aparecen en la edición del 11 de abril de Pediatrics.

Aunque las recomendaciones estaban destinadas a animar a los padres a mantener a los niños en los asientos para automóviles más, tiempo, muchos padres interpretaron esa redacción en el sentido de que debían colocar sus hijos en un asiento orientado hacia delante desde su primer cumpleaños, demasiado pronto, señaló el Dr. Benjamin Hoffman, profesor asociado de pediatría en la Universidad de Nuevo México y técnico e instructor certificado en seguridad del pasajero que no colaboró con el informe.

"Existe esta percepción de que es una buena idea pasar al bebé del asiento de seguridad para automóvil orientado hacia atrás al asiento de seguridad para automóvil orientado hacia adelante", apuntó Hoffman. "Pero si los padres quieren proporcionar a su hijo la mejor protección posible contra las principales causas de muerte infantil, quizá prefieran postergar este paso tanto como puedan".

La mayoría de los asientos para automóvil orientados hacia atrás pueden proteger a los niños y adaptarse a las nuevas directrices, señaló el informe.

La tasa de mortalidad por accidentes automovilísticos en los niños menores de 16 años descendió 45 por ciento entre 1997 y 2009, según la información de respaldo del artículo.

Aún así los accidentes de tráfico siguen siendo la causa principal de muerte de los niños a partir de los cuatro años. Cada año, más de 1,500 niños menores de 16 años mueren por accidentes de tránsito cada año. Y por cada muerte, unos 18 niños son hospitalizados y 400 sufren heridas graves que requieren atención médica, de acuerdo con el artículo.

Un estudio de 2007 de la revista Injury Prevention encontró que los niños menores de dos años son 75 por ciento menos propensos a morir o a sufrir lesiones graves en un accidente si van en el asiento de seguridad para automóvil orientado hacia atrás.

Sin embargo, los dos años no deberían interpretarse como la edad límite, apuntó Durbin. Si tiene un hijo pequeño para su edad, quizá desee postergar cambiar al niño al asiento orientado hacia adelante, mientras que si el niño es más grande quizá deba hacerlo antes de los dos años.

Las recomendaciones también dicen que un asiento de seguridad orientado hacia adelante con arnés ofrece más protección que un asiento elevado, mientras que un asiento elevado es mejor que usar solamente el cinturón de seguridad.

Los niños deben colocarse en los asientos orientados hacia adelante, tanto como se pueda, incluso hasta los ocho años si el peso o la altura están por debajo del límite permitido por los asientos de seguridad para niños, de acuerdo con las nuevas directrices. Los estudios demuestran que los asientos de seguridad para automóviles reducen el riesgo de lesiones en niños hasta en 82 por ciento y el riesgo de muerte en 28 por ciento, en comparación con el uso de los cinturones de seguridad.

"Los asientos de seguridad tienen más estructura, sobre todo lateral que la mayoría de los asientos elevados", apuntó Durbin. "Esta estructura añadida podría ofrecer protección adicional, sobre todo en los impactos laterales durante accidente. Además, la mayoría de los asientos de seguridad que se venden en la actualidad utiliza un sistema de arnés de cinco puntos que sujetan mejor a los niños en caso de accidente que los cinturones de seguridad de tres puntos, aun cuando el asiento elevado esté en la posición correcta".

A los padres también se les recomienda mantener a los niños mayores en un asiento elevado, con el cinturón de seguridad ajustado de manera correcta, hasta que alcancen una altura de 1.45 m (4 pies y 9 pulgadas) de alto o tengan entre 8 y 12 años. El niño promedio alcanza esa estatura en algún momento después de los 10 años de edad, señaló Hoffman.

Refuerce la posición del cinturón de seguridad de modo que el cinturón del hombro se encuentre en la parte central del pecho y del hombro y alejado del cuello o la cara, mientras que mantenga el cinturón del regazo bajo y ajustado en las caderas y los muslos, y lejos de los tejidos blandos del vientre.

Una investigación anterior muestra que los asientos elevados pueden reducir el riesgo de lesiones en 45 por ciento en los niños de 4 a 8 años, en comparación con los niños de esa edad que usan cinturones de seguridad.

"Mantenga a sus niños lo más seguro posible en cada viaje que haga al retrasar la transición entre los distintos tipos de asientos de seguridad para automóviles el mayor tiempo posible", apuntó Durbin. "Con cada transición que haga, de un asiento de seguridad para automóviles orientado hacia atrás a un asiento de seguridad orientado hacia adelante, desde el asiento elevado al cinturón de seguridad, usted prescinde de cierto nivel de protección y su hijo es más propenso a sufrir lesiones en un accidente".

Los niños deben ir sentados en el asiento de atrás hasta los 13 años, ya que los estudios muestran que esto reduce el riesgo de lesión entre 40 y 70 por ciento, agregó la AAP.

El grupo de pediatría también recomendó que los asientos de seguridad para niños no se deben usar fuera del automóvil, como a menudo sucede, ya que pueden volcar y caer de una mesa, mostradores y otras superficies. Más de 8,000 niños se lesionan cada año cuando los asientos de seguridad se utilizan de forma incorrecta o para fines no deseados, advirtió un informe complementario.

"El seguimiento de estas directrices dará a los padres la tranquilidad de que están haciendo lo mejor posible para proteger a sus hijos de las lesiones en caso de un accidente de tráfico", apuntó Durbin.

El típico asiento de seguridad para automóvil orientado hacia atrás es ideal para niños de hasta 40 libras (18.4 kilos), aunque hay más de 40 modelos que pueden adaptarse a niños de hasta 60, 65 o incluso 85 libras (27.2, 29.5 y 38.6 kilos, respectivamente), apuntó Hoffman.



FUENTES: Dennis Durbin, M.D., professor, pediatrics, University of Pennsylvania, and pediatric emergency physician, The Children's Hospital of Philadelphia; Benjamin Hoffman, M.D., associate professor, pediatrics, University of New Mexico; April 2011 Pediatrics

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