domingo, 1 de agosto de 2010

El juguete interminable
































Teníamos claro que no queríamos tener cuarenta mil juguetes cuando naciera nuestro bebé. Creo que todos hemos visto en alguna ocasión a niños rodeados de tantos juguetes, que no le hacen caso a ninguno!

Además, como más sofisticados son, menos lugar dejan a la imaginación de nuestros hijos y justamente de eso tienen para dar y tomar.

Bien, pues en uno de nuestros viajes a Ikea, vimos este gimnasio, le llaman ellos y nos gustó mucho, por ser de madera, con colores vivos, y super bien de precio (visto como están el resto).

Pues nada, con 3 meses o por ahí se lo pusimos, al principio el pobre no llegaba ni a tocar las maderitas que cuelgan, le poníamos un cojín debajo de su cabecita y así, elevado un poco más, alcanzaba a tocar algo, pero a veces, se los movíamos nosotros, y con ese movimiento el nano ya se reía, pobret, a saber lo que pensaría.
Cuando finalmente llegó sin ayuda, les daba unos meneos importantes y se partia de risa.
Luego siguió probando suerte con los pies, también acertaba bastantes veces.
Ah! y no se olvidaba de los laterales, venga a dar vueltas!!!
En fin, tocaba todos los palos :)

Finalmente un dia, le pareció que ya habia jugado bastante con él y dejó de usarlo.

Un mes después empezó a sentarse, serian los 5 meses o un poco más y desde la posición sentado volvimos a probar a tocar las maderas que colgaban y oye, todo un éxito!!! De nuevo volvíamos al juguete. Hasta que a los 6 meses y poco, un día se agarró a la madera superior y se puso de pie!
Desde esa posición estiraba los topes de las maderas e iba levantando cada uno de los tres cordones con las piezas correspondientes, le encantó.

Y el último tuneado que hemos hecho ha sido como andador.
Empezó arrastrando las mesas LACK del comedor, pero como son grandes para él, se le iban enganchando en los muebles, no por el peso, no os creiais :)
Así que pensamos que igual con el juguete interminable podria ir más ligero y voilà! Funciona a la perfección. Es suficientemente estable como para que se pueda apoyar en él y suficientemente liguero para que lo pueda mover o levantar si se le atasca en alguna pata de silla o mesa.
El tio está encantado y menudas carreras nos echamos!


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