lunes, 16 de agosto de 2010

Con la música a otra parte


Acabamos de volver de Aranda de Duero, qué bien nos tratan siempre allí.
Hemos ido este fin de semana, como venimos haciendo desde hace 4 años, porque se celebra el famoso festival de música indie (y no tan indie) SONORAMA, ya van por la décimo tercera edición, eso quiere decir algo :)


El nano se lo ha pasado fenomenal, como un sonorito más y eso que no entramos al festival, ya nos parecia demasiado, veremos el año que viene...
Estuvimos viendo los conciertos de la mañana, y bailándolos.
Mientras esperábamos a SUPERSUBMARINA, tocaba un grupo de batucada, nos subimos a un banco para ver mejor el panorama y allí empezamos a movernos, como el baby iba en la ERGO, estaba encantado de que su mamá moviera culete, al final él también saltaba dentro de la mochila con los brazos en alto y riendo.
La gente de nuestro alrededor se daba codazos..."mira, mira al bebé ese"
Estaba encantado.

No se qué tendrán los sonidos, los ruidos, que hipnotizan a niños y mayores, a fieras y mansos, por algo es uno de los sentidos que antes desarrollamos, se supone a partir de las 20 o 24 semanas, el feto ya empieza a oir a través del líquido amniótico que le calienta y conforta.

En nuestro parto, tuvimos la suerte de contar con unos sanitarios respetuosos que nos dejaron poner la música que quisimos. La eligió mi chico y tengo que decir que fue todo un acierto.
Yo iba y venia de mi mundo de mamífero, de loba, de playa y olas, al racional, escuchaba algo que me decían sobre tranquilidad y respirar y oia la música de Dulce Pontes.
Hubieron más autores, pero ahora sólo recuerdo esa y con la que nació mi hijo, The Beatles.

La música, arte ancestral, supongo que inicialmente, en la prehistoria, cuando todavía nuestro cerebro no era capaz de articular lenguaje, nos comunicaríamos con algún tipo de idioma musical, entre gruñido y estufo, y aullido y gemido, nos haríamos entender.
Antes de que hubiese lenguaje escrito, antes de que el pueblo supiese leer, era la forma en la que se informaba y se contaban las gestas de los bravos guerreros.

En nuestros dias, la música cumple una función casi exclusivamente de divertimento y qué divertimento!!! Bailar, tocar el tambor, socializarse, cantar a dúo...como no les va a gustar a los niños!

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